¡Ni de coña!

-¿Y por qué no te abres un blog?

-¿Un blog? ¡Ni de coña! No me llaman nada. Casi todos se basan en exponer opiniones personales sin ton ni son. ¿Y a quién le va a importar mi opinión sobre un determinado asunto?

Esta conversación entre un amigo y yo -no hay que ser muy perspicaz para saber quién era él y quién yo- se produjo a principios de verano cuando no tenía ni idea hacia dónde iba a dirigirse mi futuro profesional. Hoy, cuatro meses después, sigo sin saber nada acerca de mi futuro, pero si hay algo que no soporto es no tener nada que hacer. Un día de vagancia absoluta está muy bien, una semana se agradece, un mes se puede llevar, pero cuatro meses se hacen eternos. Lo mismo me pasó en el verano de los 18, cuando en septiembre ya estaba ansioso por empezar la universidad. Al menos durante aquellos cuatro meses aproveché para sacarme el carné de conducir y preparar la quintada en el pueblo. Esto no quiere decir que este verano no lo haya aprovechado, nada más lejos de la realidad, pero octubre llega sin ningún atisbo de rutina en el horizonte. Así que hoy comienzo este blog para recuperar una cierta rutina periodística y no oxidarme con el paso del tiempo. En pocas palabras: para estar activo.

Y ahora vienen las preguntas. ¿Por qué Entre líneas? Según la RAE, la locución verbal leer entre líneas significa «suponer en un discurso la existencia de un sentido no explícito». He de matizar que en ningún caso pretendo suponer nada en mis comentarios, ya que una de las premisas básicas que me han inculcado en el periodismo es la de no dar nunca nada por supuesto.  Me interesa más la segunda parte de la acepción de la RAE, la referida a «la existencia de un sentido no explícito» en un discurso. Durante los últimos tiempos, las declaraciones de los actores de la actualidad encierran numerosos sentidos no explícitos bajo una confusa maraña de frases y palabras. Tampoco abordan explicaciones ni presentan razonamientos para justificar cualquier decisión, más allá del manido «lo hacemos porque es lo mejor». Por esta razón, ahora más que nunca es necesario leer entre líneas, fijarse en los detalles y recurrir a argumentos lógicos y científicos. Así pues, mi intención con este blog en ningún caso es la de opinar o comentar algún aspecto de la actualidad bajo el argumento (sic) ‘me gusta, no me gusta; está bien, está mal’. Siempre intentaré que mis comentarios estén basados en argumentos lógicos y datos objetivos, es decir, ser crítico.

¿Qué tipo de contenidos aparecerán en Entre líneas? Teniendo en cuenta el anterior párrafo, la respuesta a esta pregunta es fácil de deducir: aspectos relacionados con la actualidad política y económica de cualquier ámbito: local, regional, nacional e internacional. Eso sí, los diversos temas deberán tener una cierta relevancia social, así que nada de comentar la última ocurrencia verbal del político de turno, el cruce de reproches bajo el argumento de autoridad (sic) del «y tú más» o la penúltima metedura de pata en Twitter del community manager de cualquier partido político. Obviamente, en Entre líneas tampoco comentaré las andanzas del famoseo nacional e internacional, los contenidos de los realities televisivos e incluso intentaré pasar por alto cualquier asunto relacionado con los deportes, sobre todo con el fútbol, más que nada porque son el hábitat natural de los argumentos tipo ‘me gusta, no me gusta; está bien, está mal’. En resumen: Entre líneas está concebido como un blog para comentar la actualidad, aunque también habrá hueco para el periodismo y la Historia.

Y como todo tiene una explicación, la elección de la fecha para abrir este blog tampoco ha sido casual. Hoy, hace cuatro años, dejaba de ser un simple redactor en prácticas que aún tenía su mente puesta en la universidad para convertirme en periodista a tiempo completo. El balance de mi primera olimpiada profesional ha sido bastante positivo, aunque con sus luces y sombras, como todo en la vida. Hoy, 1 de octubre, comienza mi segunda olimpiada profesional, en diferentes circunstancias que hace cuatro años, pero quién sabe si allá por 2016 el balance de este periodo supera al anterior. Además, ¿qué mejor forma de empezar un nuevo proyecto que un lunes, primer día del mes y primer día del último trimestre del año?

Estas son las normas básicas que regirán Entre líneas, aunque como dice Peter Griffin, las reglas están para saltárselas. O no. Ya se irá viendo con el paso del tiempo.