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Estar de acuerdo no siempre significa compartir una razón

Cambiemos el Día de la Hispanidad

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Hoy es fiesta en España y toca celebrarlo. Aunque quizá deberíamos cambiar el motivo de la celebración del Día de la Hispanidad por uno más reciente. No pretendo restar ningún mérito a Cristóbal Colón y la tripulación de la Pinta, la Niña y la Santa María por el Descubrimiento de América, pero se puede decir que fue un hecho fortuito. No en vano, Colón y sus compañeros nunca supieron dónde realmente estaban ni hacia dónde se dirigían. Buena prueba de ello es que el hábil Américo Vespucio, más listo, se aprovechó de este hallazgo para poner su nombre al nuevo continente. Afortunadamente para Vespucio, por aquel entonces no existían los debates artificiales y morales sobre la exclusividad de un descubrimiento.

El 12 de octubre es una fecha fértil de acontecimientos históricos, según se desprende de la Wikipedia. Así, aparte del Descubrimiento de América, tal día como hoy se celebró el primer Oktoberfest (1810), el presidente Roosevelt dio el nombre definitivo a la Casa Blanca (1901), se inauguró el Cristo de Río de Janeiro (1931) o tuvo lugar el atentado de Al-Qaeda en Bali (2002). Pero hoy también se conmemora un hecho de orgullo para los españoles, y que no se hubiera producido sin que aquel 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón pusiera pie en la isla de San Salvador.

Obviamente, Colón desconocía que el Descubrimiento de América daría pie 444 años más tarde a uno de los momentos más significativos de la Historia de España del siglo XX. Corría el año 1936 y se cumplían los tres primeros meses de la Guerra Civil española. Por aquel entonces, el Día de la Hispanidad se conocía como Día de la Raza. Para exaltar el sentimiento nacional, Franco organizó un multitudinario festejo en Salamanca, ciudad en la que estableció su sede la Junta de Defensa Nacional y el Cuartel General del Generalísimo. El lugar elegido fue el Paraninfo de la Universidad de Salamanca y el acto estuvo presidido la mujer de Franco, Carmen Polo, acompañada por el obispo de la diócesis, el general Millán Astray y el rector Miguel de Unamuno.

Lo que pasó en la celebración del Día de la Raza de 1936 en Salamanca es uno de los acontecimientos históricos más narrados de la Historia de España, sobre todo tras la caída de la Dictadura. Unamuno replicó con palabras y hechos la invectiva del profesor Francisco Maldonado contra Cataluña y el País Vasco. De inmediato, Millán Astray salió al paso de los argumentos de Unamuno profiriendo ataques mucho más violentos contra Cataluña, el País Vasco y el rector, concluyendo su intervención con la famosa frase «¡Muera la intelectualidad traidora! ¡Viva la muerte!». Entonces, Miguel de Unamuno concluyó la agria discusión con esta maravillosa intervención:

¡Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho.

Como era lógico, los periódicos de las zonas sublevadas no hicieron mención a este altercado. La censura era muy patente en el bando nacional. Simplemente se limitaron a mencionar la presencia de Unamuno en el acto y, sobre todo, a elogiar las intervenciones de los profesores Loscertales y Maldonado, el señor Pemán y el general Millán Astray, sin ningún entrecomillado. Eran otros tiempos. Los mismos en los que mientras el ABC de Sevilla era favorable al bando nacional, el ABC de Madrid hacía propaganda de los intereses republicanos. Y si alguien ponía en entredicho la orientación política del periódico de la capital de España, un elocuente subtítulo en la cabecera del diario despejaba cualquier tipo de duda.

ABC Sevilla, 14 de octubre de 1936. Página 7.                         ABC Madrid, 15 de octubre de 1936. Página 1.

Quizá ya va siendo hora de cambiar el motivo de celebración del Día de la Hispanidad y conmemorar la exaltación de la inteligencia y la razón por parte de Miguel de Unamuno. Aunque pensándolo bien, pocas cosas hay más españolas que culminar un importante reto, como descubrir un continente, sin un plan concreto de navegación, con la tripulación amotinada y por casualidad.

Written by jescuderoma

12 de octubre de 2012 a 17:56

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