La casa por el tejado

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha comparecido esta mañana en el Congreso de los Diputados para explicar la composición, el funcionamiento y los objetivos del tan popular banco malo. De todo su discurso, El País destaca en su portada digital que «el banco malo abaratará el precio de la vivienda«. Nada más leer el titular, se me vino a la cabeza una pregunta: ¿Y?

En un principio, un descenso de precios en cualquier producto o servicio es positivo para los compradores. El problema surge cuando no hay suficientes compradores que puedan beneficiarse de esta bajada de precios. ¿Quién se va a arriesgar a comprar una casa cuando se está perdiendo poder adquisitivo ante las constantes bajada de sueldos y subida de impuestos y precios de los productos primera necesidad? La respuesta es sencilla: los compradores con un alto poder adquisitivo. Es decir: los especuladores.

En cualquier sector económico siempre habrá especuladores que quieran hacer negocio, pero les resultará más complicado cuanta más competencia tengan. O lo que es lo mismo, cuando las clases medias vean incrementado su poder adquisitivo, lo que repercutirá a su vez en un aumento de las ventas. Por esta razón, no es de extrañar que en los últimos años de crisis económica España haya sufrido una drástica caída de la venta de viviendas.

Esta misma explicación se puede extrapolar al nuevo Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE), presentado por el Gobierno en el último Consejo de Ministros. ¿Sirve de algo incentivar un sector económico en el que han descendido de manera considerable los potenciales compradores? Como mucho servirá para aliviar la crisis en el sector del automóvil, pero nunca para lograr una recuperación a largo plazo. Algo parecido a lo sucedido con el Plan E y las cifras del paro.

Una vez más da la impresión de que tanto la bajada del precio de la vivienda a través del banco malo como el PIVE son otros dos parches con el fin de dar un respiro a estos sectores económicos. Sin embargo, me atrevo a aventurar que en los próximos años los ciudadanos seguirán optando por el alquiler en vez de la compra de vivienda y prefiriendo la bicicleta al automóvil eficiente. Al menos hasta que las clases medias no recuperen poder adquisitivo.